En este último viernes del año, soñamos con la llegada del “viernes” que transformara nuestras calles en un escenario de pasión y devoción y se convierte en una expresión conmovedora de amor y fe, llevando consigo la carga de nuestras emociones más profundas.
Sera el viernes de los “viernes”, en el que el recogimiento y la oración hecha amor cruzaran el puente donde Roma se funde con Granada en un caudal de emociones que van desde la nostalgia a la esperanza, tejiendo los hilos que unen nuestras almas repletas de recuerdos y llenas de plegarias que se lanzan al cielo.
Que este último viernes del año nos inspire a vivir con intensidad cada momento, llevando en nuestro corazón la promesa de la alegría del reencuentro, de las vísperas cercanas, y este lleno de significado, donde nuestra fe se proclame sin miedo y con orgullo.
Fdo. Encarna Vargas
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