Te consagro los instantes que laterá mi corazón bajo tu dulce Mirada, los pasos que daré, las palabras que diré, cada obra que pueda nacer de mis manos para que Tú las dirijas, para bien de quienes están a mi lado.
Sé Dueño y Señor absoluto de mis afectos y pensamientos, guiando mi pequeña navecilla de vida siempre hacia tus designios.
Que este tiempo que nos regalas sea de Gracia y Santidad para crecer en tu Amor y para que tomado fuertemente de la mano tierna de María, sepa esparcir tu dulce fragancia en el mundo. Amén.
Oh bendita Eucaristía, que mi alma se enamore cada día más de Tí y que comprenda que en Tí solamente se encuentra toda las fuentes de Gracias y de Amor.
Que experimente la dulce necesidad de recibirte cada día de este año que se inicia, y poder vestir así mi alma con cada Eucaristía recibida
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