Es una obra que toma los modelos clásicos de marcha procesional del maestro Gámez Laserna, sintetizados en una pieza con tres partes bien diferenciadas, y cuyos estados de ánimo pasan de lo trágico a lo triunfal de una manera elegante como la propia Dolorosa del Mayor Dolor.
En la primera parte vemos reflejada la solemnidad de la Hermandad Escolapia, con un motivo breve expuesto en el primer compás de la pieza, que será sometido a numerosas variaciones, constituyendo la columna vertebral de la obra. Esta música se va transformando poco a poco hasta desembocar en la segunda parte de la marcha, el tradicional fuerte de bajos, donde se incluyen cornetas, como si de una marcha triunfal recibiera a la Reina de Roma. La tercera y última, la sección conocida como trío, tiene un marcado cariz nostálgico y romántico, con cierto sabor español, como si de un aria de zarzuela se tratara, típico del catálogo del autor, que vuelve a la fina y elegante escritura que recuerda a la primera sección.
La partitura es una donación de un hermano.
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