Está escrita para banda de
cornetas y tambores con un carácter clásico, sin grandes alardes y en la
tonalidad de fa menor, típica en este tipo de composiciones. En su estructura podemos distinguir los
siguientes temas.
El principio de la marcha, es un
fuerte tutti en el que se muestra la fuerza con la que este paso avanza por las
calles de su ciudad, portado por su cuadrilla de costaleros, en ese alarde de
fe que demuestran cada tarde de Viernes Santo elevando al cielo a su Titular
crucificado.
Después de este intenso pasaje,
podemos escuchar una línea melódica mucho más íntima, que muestra la
introspección del crucificado en su última conversación con el Padre antes de
expirar en la cruz.
A continuación, se muestra por
primera vez el tema principal de la marcha y seguidamente la parte más fúnebre
de la misma marcada en su comienzo con el sonido de un tambor destemplado y una
campana, que va desarrollando una línea melódica que desemboca en el dúo de
cornetas anunciando la expiración en la cruz del Salvador.
Por último y para finalizar,
volvemos a la reposición del tema principal, esta vez con una variación en
forma de respuesta a la melodía principal que nos lleva a finalizar la marcha
con el mismo movimiento del principio, que muestra la fuerza del paso al
encontrarlo de frente, aunque esta vez lo que nos deja es su marcha.
Como curiosidad destacar que en el último
compás de la marcha se incluye un pequeño recuerdo hacia la marcha “Exspiratio”,
que pertenece también al patrimonio musical de la Hermandad y está dedicada
igualmente al crucificado de la Hermandad.
Sirva esta marcha como testimonio
de veneración a su sagrado titular el Santísimo Cristo de la Expiración y para
engrandecer el patrimonio musical de esta Hermandad.
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