Se trata de un “Libro de Hermanos Difuntos” cuya finalidad no es otra que aquel hermano que fallezca quede inscrito en el mismo, pasando a formar parte de la historia de la Hermandad, pero estando presente en todo momento.
El libro consta de una portada forrada en terciopelo negro que mezcla técnicas como el bordado en oro, la talla o la pintura. La base del mismo es un óleo sobre lienzo del pintor alicantino D. Francisco Moya, ilustrando de forma clásica la Parroquia de San José de Calasanz y el puente sobre el río Genil, todo conjuntado entre vegetación y la característica imagen del Barranco del Abogado de fondo bajo un cielo revuelto, donde se entremezclan luces y sombras, evocando el momento de la Hora Nona. En el centro de la obra observamos la cruz, sobre la que se dispone en relieve una talla en marfilina del Crucificado Expirante. Todo el conjunto se orla con galón bordado en oro con la inscripción latina “Fidelium defunctorum fratum” (Fieles hermanos difuntos), completándose con hojarasca y motivos vegetales bordados a realce, todo ello realizado por el taller granadino de D. Cristóbal Casares.
En cuanto al bordado, la cenefa, de líneas rectas, está enmarcada por sendos cordones bordados a hojilla y sobre fondo de torzal en ladrillo, las letras bordadas con la técnica de "or nué" con torzal negro. Las cuatro esquinas presentan piezas que recuerdan a las esquineras metálicas que se utilizan para proteger los bordes de los libros, sobre fondo bordado y con motivos vegetales hechos con hilos de muestras, caracolín, canutillo inglés, peñasquillo y lentejuelas. Por último, en el borde inferior que no presenta ningún texto, aparecen unas ramas con caracoles y hojas de hiedra, símbolo de la muerte terrenal.
En su interior nos encontramos la cita bíblica de Juan 11:25-26, seguida de un nuevo óleo de D. Francisco Moya representando la Resurrección de Cristo, siendo una copia de la ilustración que realizara el ilustre D. Juan Ramirez para los Libros Corales de la Catedral de Granada. Prosigue el libro con una oración por los hermanos difuntos y un dibujo del artista granadino D. José Montes, donde observamos 2 ángeles tenantes sosteniendo el sol escolapio, el cual alberga en su interior la Cruz redentora, las Sagradas escrituras con el Alfa y Omega y una Sagrada Forma, evocando a Dios como el principio y el fin de todo; así como una cinta con la frase “Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis» (Concédeles el descanso eterno, Señor, y que brille para ellos la luz perpetua).
A continuación, se presentan las páginas en blanco donde se irán escribiendo a todos aquellos hermanos que fallezcan (así como se van a recoger los que ya hayan fallecido). En las páginas centrales podemos contemplar unas sanguinas de los rostros del Stmo. Cristo de la Expiración y María Stma. del Mayor Dolor, realizadas por el artista hispalense D. Jaime Trujillo “Canovu”.
Para finalizar, nuevamente una oración por los hermanos y el escudo dibujado a todo color por el artista granadino D. José A. Sánchez Navarro.
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