La Virgen del Mayor Dolor de
Granada ya se encuentra en su paso a la espera de un nuevo Viernes Santo.
En esta ocasión, porta una saya
de terciopelo de Lyon negro a la que se han aplicado unos bordados antiguos de
procedencia francesa y española, propiedad de la Hermandad, incluyendo piezas
de nueva factura en un diseño de sabor antiguo.
Sobre ella, se dispone el manto
de terciopelo de Lyon en color morado, ricamente bordado en oro por las
Reverendas Madres Adoratrices y estrenado en 1959. Su diseño, con la
característica forma de “Y”, se convirtió en una referencia dentro del bordado
cofrade granadino por la minuciosidad de su ejecución y el impacto que generó
en su presentación.
El tocado, dispuesto a tablas,
está conformado por un paño egipcio del siglo XIX, en tonos miel y plata,
conjugado con un tisú de plata, aportando una combinación de texturas que
enmarca su rostro con delicadeza y solemnidad. Sobre el pañuelo, lleva posada
una pequeña mariposa de oro, un detalle simbólico que aporta un matiz de
delicadeza y esperanza.
Preside la imagen su corona de
salida, realizada en plata sobredorada por el orfebre Miguel Moreno Grados y
donada por el Ejército del Aire en 1950. Como novedad, en ella se ha insertado
una medalla conmemorativa impuesta el pasado 20 de febrero por el Reverendo
Padre Aguado, superior general de las Escuelas Pías, reafirmando el vínculo
histórico de la Virgen con la institución escolapia.
En el pecho, la Virgen luce la
joya conocida como “La Perla Negra”, junto a una cruz pectoral de oro y el
“Puñal de María”, elementos de fuerte carga simbólica. Además, este año estrena
el rosario que le fue donado por su aniversario, timbrado por los escudos
vaticanos.
En el fajín de general, se
dispone como novedad la Cruz Fidelitas, concedida por el Ejército del Aire,
acompañada de su bastón de mando, reforzando así el estrecho lazo que une a la
advocación con esta institución.
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