A continuación reproducimos la misiva que ha remitido:
“Queridos hermanos:
Al hacerse público mi
nombramiento como Arzobispo Coadjutor de la Archidiócesis de Granada deseo
expresar en primer lugar mi gratitud al Papa Francisco por la confianza que
deposita en mi persona al confiarme este nuevo encargo ministerial y le reitero
mi comunión y afecto fraterno como sucesor que es del Apóstol Pedro y Cabeza
del Colegio Episcopal.
Así mismo deseo manifestar mi
cariño y comunión a Mons. Francisco Javier Martínez Fernández, nuestro
Arzobispo, al que soy enviado como hermano en la misión compartida de pastorear
la querida diócesis de Granada. Agradezco su trabajo y su acogida fraterna,
llena de cariño y confianza, así como su oración, que nos aúna en el servicio
que hemos de prestaros como pastores vuestros.
Voy a vosotros, queridos
hermanos, con ilusión y el deseo de serviros con todas mis fuerzas, sabiendo
que me incorporo al peregrinar de la Iglesia particular de Granada, que es rica
en historia y vitalidad cristiana, en santidad y apostolado, con un presente
lleno de realidades e iniciativas pastorales, así como un futuro esperanzador.
Quiero aprender de vosotros.
Soy consciente, os confieso, de
mis limitaciones personales ante la grandeza de la misión que se me confía y,
por ello mismo, necesito más de vuestra ayuda y oración, así como la
intercesión de nuestros santos granadinos, para que, como Iglesia, caminemos
juntos anunciando con alegría el Evangelio salvador de Cristo y testimoniarlo
en esta hora cargada de incertidumbres, pero también de esperanza en el Señor
Jesús, que nos guía y se hace presente en medio de nuestro pueblo. No deseo
otra cosa que serviros y de quereros como pastor vuestro en el nombre del
Señor, especialmente a los más pobres y desfavorecidos.
Os suplico y sé que cuento de
manera especial con vuestra imprescindible ayuda y acogida fraterna, queridos
hermanos sacerdotes, y agradezco vuestro servicio y entrega generosa a nuestra
gente. Lo mismo que con la de los hombres y mujeres que forman parte de la Vida
Consagra, tan presentes en nuestra diócesis. Ruego a las queridas comunidades
contemplativas que pidan continuamente al Señor por este obispo que os llega
desde la diócesis, para mí tan querida, de santa Teresa de Jesús y san Juan de
la Cruz y también de la reina Isabel la Católica.
Por mi parte no he hecho otra
cosa desde que conocí mi nombramiento que rezar por vosotros, por cada uno de
los pueblos y ciudades de la diócesis de Granada, por las vocaciones
sacerdotales y a la vida consagrada y misionera.
En este sentido me alegro de la
realidad esperanzadora de nuestros seminarios y saludo con cariño a nuestros
seminaristas y sus formadores, así como a cuantos se dedican al importante
trabajo de la educación y cultura cristiana, a los profesores de religión y a
los catequistas y voluntarios de Cáritas, Manos Unidas y demás realidades
socio-caritativas que muestran el rostro samaritano de la Iglesia para con los
más pobres y nuestro mejor argumentario de fe en nuestro mundo: el amor
fraterno. ¡Gracias por vuestro compromiso, lo mismo que el de nuestros
misioneros granadinos!
Mi saludo y mi cariño a los fieles laicos de nuestra diócesis de Granada, presentes en nuestras parroquias, hermandades y cofradías, así como en los movimientos y asociaciones apostólicas, al igual que a nuestros jóvenes cristianos, verdaderos protagonistas de la evangelización juvenil.
Queridas familias y cuantos
trabajáis en la pastoral familiar, os envío con mi saludo, mi apoyo y mi cariño
en la apasionante tarea de ser iglesias domésticas que anuncien el Evangelio de
la Familia y de la Vida. ¡Gracias por vuestro testimonio, generosidad y
fidelidad!
Saludo a las autoridades de la
entera provincia de Granada y les ofrezco mi colaboración para seguir
trabajando por el bien de nuestro pueblo.
Queridos hermanos: Me encomiendo
a vuestras oraciones y ayuda que me da confianza y ruego a san Cecilio que nos
obtenga de Jesús la pasión evangelizadora con la que él nos transmitió en los
comienzos el Evangelio de Cristo.
Que Nuestra Señora de las
Angustias, nuestra patrona, bajo cuyo amparo materno pongo mi ministerio
episcopal entre vosotros nos auxilie y cuide, y nuestros santos y beatos
granadinos intercedan por nosotros.
Con el deseo de estar pronto con vosotros recibid todo mi cariño y bendición.”
José
María Gil Tamayo
Arzobispo Coadjutor de Granada
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