PALABRAS DEL SANTO PADRE: Jesús resucitado ha subido al
cielo y manda a sus discípulos a difundir el Evangelio en todo el mundo. Por lo
tanto, la Ascensión nos exhorta a levantar la mirada al cielo, para después
dirigirla inmediatamente a la tierra, llevando adelante las tareas que el Señor
resucitado nos confía. (…) La Ascensión del Señor al cielo, mientras inaugura
una nueva forma de presencia de Jesús en medio de nosotros, nos pide que
tengamos ojos y corazón para encontrarlo, para servirlo y para testimoniarlo a
los demás.
Se trata de ser hombres y mujeres
de la Ascensión, es decir, buscadores de Cristo a lo largo de los caminos de
nuestro tiempo, llevando su palabra de salvación hasta los confines de la
tierra. En este itinerario encontramos a Cristo mismo en nuestros hermanos,
especialmente en los más pobres, en aquellos que sufren en carne propia la dura
y mortificante experiencia de las viejas y nuevas pobrezas. Como al inicio
Cristo Resucitado envió a sus discípulos con la fuerza del Espíritu Santo, así
hoy Él nos envía a todos nosotros, con la misma fuerza, para poner signos
concretos y visibles de esperanza. Porque Jesús nos da la esperanza, se fue al
cielo y abrió las puertas del cielo y la esperanza de que lleguemos allí. (Ángelus, 13 de mayo de 2018)