PALABRAS DEL SANTO PADRE:
El Magníficat canta el Dios
misericordioso y fiel, que lleva a cabo su plan de salvación con los pequeños y
los pobres, con los que tienen fe en Él, que confían en su Palabra, como María.
He aquí la exclamación de Isabel: "Bienaventurada tú que creíste" (Lc
1,45). En esa casa, la venida de Jesús a través de María creó no sólo una
atmósfera de alegría y comunión fraterna, sino también un clima de fe que lleva
a la esperanza, a la oración y a la alabanza. Nos gustaría que todo esto
sucediera hoy también en nuestros hogares.
Nos gustaría que, una vez más,
trajera a nosotros, a nuestras familias, a nuestras comunidades, ese don
inmenso, esa gracia única que siempre debemos pedir antes y por encima de las
otras gracias que también son apreciadas: ¡la gracia que es Jesucristo! Al
llevar Jesús, Nuestra Señora nos trae también una alegría nueva, llena de
significado; nos trae una nueva capacidad para afrontar con fe los momentos más
dolorosos y difíciles; nos trae la capacidad de misericordia, para perdonarnos,
comprendernos, apoyarnos unos a otros. (Ángelus, 15 de agosto de 2017)
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